KYLIE EN BARCELONA



Ayer estuve en el concierto de la gran Kylie Minogue. A pesar de mi devoción, tampoco creo que sea la más grande entre las grandes, ésta, a mi juicio personal y subjetivo es Madonna, pero sí que pienso que Kylie es la siguiente en la lista del pop, y que en muchos sentidos pisa los tacones a la Diva entre las divas. Para hacernos una idea, después ya vendrían otras monstruas como Rhianna, o Beyonce, entre otras, y al final de la lista, tras Chiquetete, el Fary, y Conchita Bautista; Lady Gagá.

No voy a lanzarme ahora a hacer una crítica de entendido porque yo no sé hacer críticas de conciertos; no sé si el enfoque visual bla bla bla, o la estética subjetiva bla, bla, bla, o si se vieron claramente las influencia de Kielowsky, la plástica de Kandinsky, o tal vez la mirada indiscreta de Hitchcock, no lo sé. Dejo la materia a los entendidos porque lo cierto es que en el concierto, permítanme la broma tonta y facilona, gente que “entendía”, ya había mucha.

El concierto estuvo bien. Tal vez mi “cuarentonidad” hizo que esperara ver a la Kylie de “Neighbors”, la del “Step back in time” y del “I Should Be So Lucky”, o la del “Better The Devil You Know”. A decir verdad, este último tema si que lo cantó, aunque, como en otros conciertos, reversionadolo con ritmos caribeños. No me decepcionó, pero reconozco que los temas de su último trabajo me llevaron un poquito hacia el bostezo, pese a una escenografía impactante y acuática que ya quisiera la Gagá. Claro, esta chica evoluciona, no se va a quedar toda la vida “haciéndole concesiones al pasado” para que yo me divierta. (El entrecomillado es de Alaska)

Pese al esnob que le pasó una bandera española que Kylie blandió con cautela sin izarla en demasía, y pese a algún silbido confundido entre otros menos beligerantes, a esta chica se la quiere en Barcelona. Tal vez por su noviazgo en y con esta ciudad, por ser su primer concierto en Barcelona, y por lo que todos ya sabemos. Que se la ama es lo que le demostró el público del Sant Jordi durante aquellas pausas programadas en las que Kylie se dejaba regalar cariño. Para que negarlo, las pantallas mostraban primeros planos de una Kylie con lágrimas de cocodrilo, que mucho me temo sean las mismas que las de Londres, Manchester, Melbourne, y otras ciudades del Kylie's Aphrodite–Les Folies Tour 2011. Pero ¿qué más da eso?, es como poner la cara para que te den un beso. ¿Porqué no? Se le da un buen beso de tieta, y punto.

Al Ayuntamiento de esta ciudad, como siempre, un cero bien patatero. Después de 20 años aun no ha aprendido que hay recorridos que hay que indicar con señales, y territorios comanche que hay que asfaltar. No puede ser tantísima escalera mecánica para subir al Sant Jordi, alternándose en los rellanos con barro y charcos enormes. Y es que ayer llovía de la ostia en BCN. No vean la de laca que se echó a perder ayer con la lluvia.

Y otro tantazo para TMB, quien lucía por todas partes la noticia de que, con motivo del concierto, metro y bus iban a funcionar durante toda la noche. ¡Venga ya! ¡Qué cinismo! Les recuerdo que hace unos meses actuó Miguel Bosé en el mismo espacio que Kylie, pero al pobre le tocó actuar entre semana. Al finalizar el concierto 18.000 personas quedamos a merced de los cuatro taxis que circulaban adormecidos por Plaza España… así que menos lobos, caperucitas.

En fin, digamos que valió la pena lo pagado. Valió la pena lo de los charcos y haber esperado lustros a que Kylie se fijara en esta ciudad en algo más que en buscar novio e ir de compras. Ahora hay que volver al mundo de lo real y ahí estamos.

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