La chica sin nariz

Hay una chica en mi barrio que no tiene nariz. No sé si por accidente, enfermedad, malformación... o porque la empeñó para comprarse un televisor, no lo sé. El caso es que solo dispone de dos orificios por donde respira, en el supuesto caso de que no tenga branquias bajo la ropa, claro.

Lo cierto es que poco más puedo decir de esta chica porque al cruzarme con ella por la calle, la mirada siempre se me va al mismo punto de su orografía facial. Tal vez pudiera decir que su tez es morena, que no debe tener más de los treinta años... poca cosa más. Y es que aquello que se sale de la norma es siempre lo más visible. 

Lo que me pregunto es en qué medida se ha visto esta chica afectada por la pandemia. Porque en esto tod@s navegamos en el mismo barco. A tod@s, en mayor o menor medida, esta pandemia nos ha azotado de manera irremediable en el transcurrir rutinario, pero plácido, de nuestras vidas.

Me refiero, obviamente, al uso de la mascarilla. 

¿Cómo debe ser para una persona sin nariz, seguramente hasta el coño de sentirse impúdicamente escrutada desde el momento en el que pisa la calle, por un ejército de ojos como platos y sonrisas congeladas, el hecho de cubrirse con una mascarilla? Con una FFP2 por supuesto, las quirúrgicas no se le sujetan bien.

Seguramente se sienta agobiada, como el resto de mortales; que le aprieten las gomas en la cocorota, como a tod@s; que la ahogue, como al resto; que le deje señales en las orejas, como a much@s... Se ahorra la señal del arco metálico en el tabique nasal, eso sí.

Pero seguramente para ella el uso de la mascarilla esté siendo un baño de normalidad. Salir a la calle, estar en el parque con su niña de 5 años, ir a misa, o a poner reclamaciones al SEPE, es probable que sean hechos que realice desde el no sentirse observada a cada momento. Si muchas veces la mascarilla nos sirve a tod@s para proteger nuestras expresiones, como cuando sacamos la lengua al jefe por ejemplo, para esta chica seguramente signifique algo más; modifica su aspecto y diluye su día a día entre una multitud que la ignora. Tal vez el hecho de llevar la mascarilla le impida ir de botellones, eso también le queda más limitado, pero estoy seguro de que sentirse ignorada como si fuera una profa de mates, debe ser para ella como agua de mayo. 

 

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