Cruzar la calle

¿A ustedes no les chincha circular por la ciudad y verse de pronto detenido en un semáforo ante el paso de seis ancianitas reumáticas que lo cruzan, a la par que mientras tanto; conversan distraídas de sus cosas, se ajustan los refajos, y sueltan pedos a cada paso? A mí no, la verdad es que no. Ahora ya he descubierto que puede haber algo más lento y horchatado que las abuelas reumáticas, las de los refajos y las de los pedos a cada paso, les digo. Se trata de esa turba generacional de nuevos veinteañeros de DIR, subrayo que no toda esta nueva generación es turba de DIR, que cruzan los semáforos contemplativos, despacio, como de paseo, con la vista perdida en lontananza, quizá sin dejar de jugar con el móvil, tal vez liándose un pitillo de picadura barata, a lo sumo mirando provocadores la primera línea de vehículos detenidos a su paso. Son parte de la generación a la que hemos hecho creer que están por encima del mundo adulto. Por encima del bien y del mal incluso. Bellas perso...